DOLOR DE PATRIA

No me preocupa tanto la gente mala, sino el espantoso silencio de la gente buena. -Martin Luther King.

Que en cada hogar se ice una bandera blanca, que en cada hogar se ice una bandera de Colombia, que todos nos unamos en una gran fuerza y se entone un himno a la paz, al amor, a la verdad.

Que cesen los odios, que nuestros líderes dejen sus egos en pro de nuestra nación.

Que el gran liderazgo de la prensa, fomente la verdad, sin atizar odios, ni bandos y se convoque a la paz.

Cada acto de violencia, venga de cualquier bando, es dolor de nación, es retroceso. Es caer en el juego de unos pocos, que alimentan y se alimentan de la fuerza física y emocional de una masa, que enceguecida desestabiliza, destruye todo, por lo que en el trasfondo piensan que luchan.

Cuando veo un joven encapuchado, que emana fuerza de odio, de destrucción, de resentimiento; pienso, que historia hay en su pasado, en su familia. Pienso si ha tenido la oportunidad de aportar a la sociedad, o si desde su niñez le fue cegada toda posibilidad de evolución.

Cuando veo a un policía, o un grupo de policías- jóvenes también-, frente a una masa enardecida, que les grita toda clase de improperios, agresiones verbales que son de lo más bajo. Policías que por su sangre circula temor. Esa mañana salieron de su hogar, y dejaron su esposa, hijos, madre, familia, para salir a cumplir con su deber.  

No hay entrenamiento que pueda preparar emocionalmente a un ser para evitar sentir el miedo al ser golpeados, ultrajados. Al ver su compañero herido. Ver como destruyen frente a sus ojos toda la esencia de un voto que hicieron.

-Un golpe en la zona posterior de la espalda, produce una gran descarga de adrenalina, y si el golpe no lo ha lesionado y lo ha dejado con imposibilidad de levantarse, produce una reacción violenta de defensa, que en segundos lo hace reaccionar contra el que lo violentó-. Sino puede recuperarse,  y ya tendido en el piso, siente como esa masa llega a destruirlo; si sus compañeros no  acuden a salvarlo.

 Les aseguro que en ese instante que son segundos no hay dialogo que evite que esa masa descargue toda esa ira, odio, resentimiento, sobre ese ser humano que está defendiendo nuestra institución, nuestra sociedad.

 Sí, hay elementos de la institución policial que se salen del patrón legal, pero no tenemos derecho desde la comodidad de estar sentados en nuestra sala, viendo las noticias transmitidas en muchas ocasiones buscando el sensacionalismo de atracción de audiencia, juzgar ese instante. Serán las instituciones legales las que efectúen las investigaciones, y sancionen si hay lugar a ello, todo aquello que se salga de la normalidad institucional.

Son bandos enfrentados, y como títeres manejados por políticos de derecha o de izquierda, que después, al son de un 21 años, una sala hermosa, comprada con el fruto de la corrupción siguen manejando el destino de una nación.

Difícilmente alguien que haya tenido un hogar, estudio, amor, va a estar en una manifestación, ejecutando actos vandálicos, no está en la esencia de su ser, es muy difícil que se deje manipular. Ese ser, va a estar marchando con cánticos, arengas, manifestaciones culturales, al son de un río de masa, pidiendo por sus derechos o los derechos de los demás.

Siempre he pensado, si, en una manifestación, en vez que las fuerzas de control estuvieran armadas; estas fuerzas en la primera línea llevaran una bandera pequeña blanca, en una mano y una pequeña bandera de nuestro país en la otra; hicieran un corredor por donde los manifestantes pasen, ¿cuál sería el efecto psicológico en masa de estas personas que van en la manifestación? “El que intenta puede fracasar, el que no intenta ya fracasó”

Ante una negociación, en que dos bandos no están de acuerdo; al llegar con un saludo, una mirada de cortesía, una flor, el ambiente cambia, y el diálogo puede iniciar.

Si este diálogo se mantiene en el tiempo con el cumplimiento de la verdad y sancionado ejemplarmente el peor cáncer que consume a nuestro país: -La Corrupción- una nación cambia.  Diálogo, no es debilidad; cortesía, no es debilidad, respeto no es debilidad. Al contrario, es evolución.

Las instituciones como tal no son malas. La política, las autoridades, las fuerzas de oposición no son malas. Son unos cuantos integrantes, los que corrompen para su beneficio personal el sistema.

Utilicemos todos el único sentido que poco utilizamos: El sentido común.

Los que hemos tenido oportunidad y la vida nos ha regalado esa posibilidad de evolución, no seamos pasivos, y seamos una gran fuerza de lucha por la verdad, la honestidad y no le hagamos el juego social a los corruptos, que son el gran cáncer de nuestra sociedad.

Una bandera blanca, una bandera de nuestra nación. Como símbolo de estar presentes, la izamos en nuestro hogar.

Sanción social a los corruptos, alejarlos de los círculos, no permitir que pretendan ser nuestros amigos. (Este concepto lo tomé de un pensador y escritor costeño Juan Conrado O.) No pretender que con su dinero sucio hagan parte de nuestra vida, es una excelente opción  de sanción social.

Nuestro país es hermoso y grande, nuestra gente trabajadora e inteligente, que unos pocos no sigan dejándonos en el estado de involución, corrupción, injusticia, hambre y no educación, sin oportunidades sanas de trabajo.

¡Colombia te siento en mi corazón ¡

César Pompeyo H.MD.

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