¿ES VIABLE LA EUTANASIA EN COLOMBIA?

José Miguel Parra Castañeda MD

Definitivamente cuando se ponen de acuerdo los abogados y economistas para dictaminar sobre la vida y la muerte, sin tener en cuenta a los médicos, cometen más de un exabrupto, como lo que está pasando con la eutanasia, lo sorprendente es que un médico cometa los mismos errores. Y es que la eutanasia es una necesidad sentida, y ESTÁ AUTORIZADA, lo que no está es debidamente reglamentada. Comencemos con un poco de historia.

En 1997, la corte constitucional consideró que la eutanasia se podría realizar sin que tuviera una penalización, mediante la sentencia C-239 de 1997 y exhortó al congreso a que expidiera la regulación respectiva. Como el congreso hizo oídos sordos a esta petición, la misma corte constitucional y atendiendo una acción de tutela, la AUTORIZÓ en la sentencia T-970 DE 2014, en ella concreta que los pacientes en etapa terminal tienen el derecho a solicitarla. Envió la resolución en marzo de 2015 al ministro de salud para que la reglamentara. En esa época el ministro era el doctor Alejandro Gaviria (un economista) quien, solicitó reiteradamente a la corte que se ampliara el plazo y luego que se conformara un grupo especial para ello, como la corte se negó, se vio obligado a expedir la resolución 1216 del 20 de abril de 2015. La resolución en cuestión expresa que cualquier persona puede acudir a una EPS o a una IPS y solicitar su eutanasia (siempre y cuando esté plenamente consciente) y estas entidades se encargaran de conformar un comité que analice el caso y decida su realización.  Con esta autorización pueden acudir a un médico para que este la haga. Aparentemente estaba solucionado el asunto.

El problema fue, que al poco tiempo de expedida la resolución, un caricaturista, quien tenía a su padre en condición de terminal por un cáncer, hizo la solicitud y en ninguna parte se la hicieron efectiva. Aprovechando su relación con los medios, armó un escándalo que logró que el ministro de salud (sin comité alguno), hiciera una orden para que le realizaran el procedimiento. Surgió otro problema, ningún médico se la quería hacer, finalmente tras otro escándalo periodístico, alguien la hizo. Desde esa época hasta ahora, se han presentado varios procedimientos, casi siempre con el concurso de la prensa, que está muy dispuesta, pues es una noticia que conmueve. Lo curioso del caso, es que, el ahora ministro de salud (médico), expide una resolución, casi que calcada con la que hizo el ministro Gaviria, con la salvedad que le añadió, que ni el comité, ni quien haga el procedimiento sean objetores de conciencia.

Todos quienes han participado en esta determinación, tanto quienes hicieron el decreto como los ministros están cumpliendo a cabalidad con la ley 100: Los médicos somos unos empleados a quienes solo nos queda, acatar las órdenes de nuestros superiores, en igual forma, la mayoría de la gente piensa que ellos son capaces de decidir sobre sus vidas y nosotros obedecer su voluntad.

Varios puntos por aclarar. En primer lugar, al menos teóricamente, todos los médicos somos objetores de conciencia, pues al graduarnos, JURAMOS PRESERVAR LA VIDA, no acabarla. La única eutanasia que podemos practicar es la pasiva, es decir, no hacer esfuerzos por mantener una vida que está terminando y eso después de verificarlo con unos índices que nos indiquen que así es. Ningún médico que se sienta comprometido con su juramento va a realizar el procedimiento. Ni en USA, donde aún practican la pena de muerte, la hacen los médicos, la hacen los enfermeros. Es por esa razón, que tampoco se puede realizar interrupción del embarazo después de la semana 22, porque a partir de esa fecha, se puede definir que ya existe la vida. Creo, hay 2 excepciones. Una, cuando se detectan defectos congénitos: He visto a varias mujeres que han sacrificado cualquier propósito que pudieran tener en la vida, por su instinto maternal, se han tenido que dedicar enteramente a cuidar de su hijo. La segunda es cuando está en peligro la vida de la madre: Recuerdo cuando, trabajando en la Clínica San Pedro Claver, atendí una muchacha de 19 años con Lupus eritematoso y, al dar de alta, le recomendé que no se fuera a dejar embarazar, pues para esta enfermedad, el embarazo es como un latigazo que desencadena la fase aguda, pero por su belleza (como muchas que sufren esta enfermedad) su “novio” le hizo el favor y regresó en malas condiciones al cabo de unos meses, la ginecóloga se negó a interrumpir su embarazo porque tenía 24 semanas y la paciente falleció al poco tiempo en un coma urémico.

Las EPS y las IPS son reacias a realizar estos comités, porque no tienen la suficiente base teórica para definir si se puede hacer, ni quien lo vaya a realizar. Estos comités deben ser instituidos por el Ministerio de Salud y deben ser realizados por médicos especialistas. Acá no se tienen en cuenta cargos de conciencia o sentimientos, porque lo que se va a discutir, en forma objetiva, son estados agónicos, interminable, insoportables e insufribles. En igual forma, el Ministerio debe proveer el equipo humano y el sitio donde se pueda realizar, en caso de que se autorice el procedimiento.

Hay otras personas y enfermedades, que deben tener la posibilidad de solicitar la eutanasia:

1.- Los pacientes: Quienes sufren enfermedades incapacitantes y son totalmente dependientes de aparatos como ventiladores, particularmente las enfermedades neurológicas, en que estos quedan totalmente dependientes de toda clase de aparatos que mantienen sus signos vitales y en su gran mayoría, al llegar a esta situación, no están en la plena capacidad de sus sentidos para pedirla. Los familiares, si el paciente no está plenamente consciente, deben tener la posibilidad de hacer la solicitud. Caso especial: la enfermedad de Alzheimer, en que el paciente mismo o su familia, van viendo como su imagen se va deteriorando paulatinamente, convirtiéndose en un ente alejado de toda realidad o sentimiento y el afecto se va convirtiendo en una carga emocional y física para sus allegados.

2.-Estos comités podrían respaldar a los médicos. Varias enfermedades o situaciones en las que no hay nada que hacer por un paciente y el médico se ve enfrentado a amenazas en su integridad física y su vida porque, por la intransigencia de los familiares, consideran que el profesional no está atendiendo a su familiar como se debe, como hemos visto en esta pandemia.

No se debe pensar en la eutanasia como un acto de caridad o de humanismo, debe ser un procedimiento que se debe hacer, con el fin de cumplir nuestra condición de mortales, a cabalidad

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