LA REFORMA A LA SALUD: de lo sencillo a lo complejo

Leonardo García Rojas MD.

Presidente Colegio Médico de Cundinamarca y Bogotá -CMCB-

Todos estamos de acuerdo en la necesaria Reforma Estructural a la Salud. La discusión está entre quienes proponen la transformación absoluta del sistema, construido en oposición al actual sistema de salud; es decir, un borrón y cuenta nueva Vs. la necesidad de hacer transformaciones de fondo, teniendo como mira en el horizonte lo que debe ser un buen sistema de salud, como punto de llegada, lo que requiere avances paso a paso, liderados por la voluntad política real de cambio de quienes aspiren a dirigir nuestro país. Para lograrlo se debe iniciar con dar solución a la urgente necesidad de evidenciar una transformación manifiesta, sencilla, que impacte en el actual sistema, mejorando el día a día de lo que tienen que padecer nuestros usuarios.

Para que la ciudadanía evidencie en muy corto tiempo y note la diferencia con lo que hoy tenemos como sistema de salud, se requiere cambiar el concepto que ha predominado con el aseguramiento privado, lo que se denomina “la americanización” del sistema de salud, donde priman, entre otros:

  • El esperar que la gente se enferme para actuar
  • La facturación
  • La medicalización hacia el alto costo
  • La falta de un sistema de información
  • La falta de conexión entre las personas y la comunidad
  • La falta de democracia

Lo anterior se refleja en problemas de acceso, falta de oportunidad, fragmentación de los servicios, deficiente atención a pacientes y usuarios, lejanía y frialdad de las instituciones que ordenan y prestan la atención.

Por lo anterior, la reforma a la salud debe comenzar por lo más sencillo y eso se consigue haciendo que el aparato de salud sea cercano y cálido con el paciente que lo necesite. Es algo más que decir que cada usuario estará asignado a un médico, llámese general o de familia. Debe tener eso, pero debe ser más elaborado y más humano, con mayor contenido; por ejemplo, que la puerta de entrada sea muy accesible, que la persona tenga asignado un equipo primario de salud y que pertenezca a un conglomerado comunitario o social. Para esto se requiere que el sistema de salud sea muy participativo, en donde la persona tenga la posibilidad de expresarse y poder codirigir la atención con su equipo de atención primaria.

Todos estos cambios requieren modificaciones principalmente a nivel de la organización básica del sistema de salud y en la gobernanza, con medidas tales como:

  • Que el Estado recupere la dirección y manejo regional y nacional, repensando el papel de las EPS en la disposición de los recursos, dando por terminado el predominio del mercado como elemento ordenador de todo el sistema, lo que equivale a quitar la intermediación financiera.
  • Los dineros de la salud deben ser manejados por el Estado, por ser considerados recursos públicos, con reglas claras de regulación 
  • Cambiar las funciones de lo que hoy son las EPS y constituirlas en administradoras de la prestación de servicios de salud, con metas claras de seguimiento a resultados en salud y únicamente recibirían un valor acordado por su administración y el cumplimiento de las metas asignadas
  • Cambiar el perfil de lo que hoy se tiene como Ministerio de Salud, Superintendencia de Salud y Secretarias de Salud.
  • Implementar los consejos: nacional, regional y territorial de salud, con participación real de la ciudadanía y la academia.
  • Coordinar los múltiples actores del sector de la salud, conectando la salud pública con el trabajo intersectorial, impulsando la salud en todas las políticas de los diferentes ministerios y la participación ciudadana.
  • Generar consenso en la toma de decisiones en la implementación de políticas públicas
  • Rendición de cuentas

A lo anterior, si le sumamos el dar cumplimiento al clamor de los trabajadores de la salud, de suprimir la intermediación laboral en el sector y que sus trabajadores tengan los mismos derechos de cualquier trabajador en Colombia, una vinculación laboral, con prestaciones de ley, bien remunerados, que le permita un trabajo digno, decente, viviendo bien para poder servir.

Prácticamente todas estas propuestas se pueden hacer desde que exista la voluntad política para hacerlo, no se requiere de grandes leyes, para conseguirlo.

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