Propuestas para generar CONFIANZA al sector salud, frente al Covid-19

Leonardo García Rojas
Presidente Colegio Médico de Cundinamarca y Bogotá

Al cumplir ya 45 días de haber diagnosticado el primer caso de Covid-19 (marzo 6/2020) en Bogotá y en el país, es importante que miremos qué está pasando al interior del sector salud y qué tanto se ha alcanzado con las medidas No Farmacológicas implementadas, en especial con el aislamiento masivo o cuarentena, encaminadas a lograr el tan deseado “aplanamiento de la curva”, ganando tiempo para cumplir el objetivo de preparar de la mejor forma, a este sector antes de la llegada del pico de la enfermedad.

¿Qué ha develado la pandemia hasta ahora?

La crisis económica y social, que desnudó la otra pandemia, la magnitud de la pobreza. El Covid-19 envía un mensaje muy claro a los tomadores de decisiones, que no es únicamente una crisis o emergencia sanitaria, es una crisis política, es una crisis de nuestro modelo económico, de nuestro modelo de relacionarnos como sociedad, es una crisis del libre mercado, es el fracaso del modelo neoliberal. Es una crisis, a lo que se nos venía vendiendo como la normalidad.

En salud, es la confirmación de la crisis del modelo de Ley 100/93 que convirtió la salud en un negocio. Tal situación destruyó la red pública hospitalaria, donde sus infraestructuras y equipos quedaron en la obsolescencia, teniendo que entregárselos al sector privado; la prevención y promoción fueron abandonadas; su valioso recurso humano fue despedido y hoy trabajan con contratos basura, a destajo, sin estabilidad, ni autonomía médica, con bajos salarios y nulas prestaciones.

¿Cómo ha vivido el sector salud estos primeros 45 días de pandemia?

Para ponerle rostro a esta situación tomo textualmente parte de mensajes recibidos en conversaciones con colegas que están en la primera línea de atención:

Así es, estuve hace un par de días frente a un paciente sospechoso de Covid con falla ventilatoria, … ¡el peor escenario al que uno quisiera enfrentarse! A pesar de tener todos los EPI, tengo que confesarles que me sentía desnudo, en esa habitación de UCI, se podía oler el terror que todos estábamos experimentando, es algo realmente nuevo… diferente, ¡desafía todo lo que sabemos y estamos acostumbrados a hacer!”

Otro colega:

«Nos están llevando al agotamiento físico y mental, antes de enfrentar lo más crítico»

Es normal tener miedo, pero si al virus se le suma la inseguridad por falta de un vínculo laboral y la desconfianza ante las normas de bioseguridad, genera pánico. El sector Salud no tiene CONFIANZA.

En medio de múltiples declaraciones del Ministro de Salud Fernando Ruiz, del Presidente de la República Iván Duque y de las organizaciones médicas nacionales, como la FMC, las Sociedades Científicas, el Colegio Médico Colombiano y la Federación de Sindicatos Médicos; igualmente, de los diferentes gremios y sindicatos existentes en el sector salud;  durante el tiempo ganado en la cuarentena,  se escuchan dos idiomas completamente diferentes; uno, que el sistema de salud está listo y preparado para afrontar la actual situación, defienden su modelo de economía de mercado, de intermediación de EPS, ARL y del sector financiero; y el otro, señala las múltiples deficiencias en el campo de las condiciones de trabajo, por falta de un vínculo laboral; por el trabajo a destajo en diferentes sitios y la falta de bioseguridad, entre otras.

Esta situación polarizante está demostrando que no existe CONFIANZA en las partes. Los pocos acuerdos son puros anuncios, nada de realidades. No se comprende que el problema común es el virus y eso se debe colocar como prioritario.

A lo anterior se le suma la expedición del Decreto 538, todo se convierte en rabia, sensación de injusticia que está llevando al pánico, con renuncias, incapacidades médicas y lógicamente a un mayor riesgo de contacto biológico. Es decir, se sigue perdiendo la confianza, generando zozobra en nuestros pacientes y en la comunidad en general, en un momento tan delicado como esta pandemia.

Es hora de generar CONFIANZA. Se debe generar desde el gobierno y el sector salud, hacia toda la comunidad. El objetivo común es la enfermedad Covid-19, la epidemia. Necesitamos sumar esfuerzos para evitar más daños a nuestros pacientes, a los trabajadores de la salud y al país.

Necesitamos salir con propuestas claras que unifiquen contra el coronavirus, entre gobierno, sector salud y comunidad, y levante la moral de todo el sector salud y en el país. La contradicción subyacente con el gobierno de Duque sobre el modelo actual de Salud, pasaría temporalmente a un segundo plano. Lo único que pediríamos es que, en un régimen presidencialista como es Colombia, el debate sobre el funcionamiento del sistema de salud se ubique como prioritario en la agenda política nacional, para la etapa post pandemia. Ahora debemos tener más cerca la necesaria y urgente Reforma Estructural al sistema de Salud.

PROPUESTAS

Las propuestas, que hemos venido realizando desde el Colegio Médico de Cundinamarca y Bogotá, se resumen en 5 puntos:

  1. Giro directo a IPS públicas y privadas

Que durante esta crisis el Estado le gire directamente a las IPS públicas y privadas. Que se concrete pronto el pago y transferencia de los recursos adicionales, lo que permitirá que toda la red pública y privada cuente con los recursos, equipos e insumos necesarios, para afrontar la pandemia

  • Garantías laborales mínimas para todos los trabajadores del sector, por un periodo de 6 meses

Independiente de la contratación que se tenga actualmente, se deben pagar todas las deudas de los salarios atrasados que se adeudan a la fecha y se llegará a un acuerdo transitorio, por 6 meses, en donde el gobierno central responde por todas las garantías básicas, a todo el personal de salud, salario, prestaciones, pagos de seguridad social y todos los derechos laborales. Lo mismos derechos de Ley que hoy tiene y debe tener cualquier trabajador de planta, un policía, un bombero, un profesor o un juez. Lo que se busca es credibilidad y legitimidad como valores para enfrentar la crisis.

No queremos que se continúe generando mayor inequidad en el sector, como lo que está pasando actualmente, que al estar más del 70% de sus trabajadores vinculados por órdenes de prestación de servicios (OPS), al requerir un tiempo de aislamiento obligatorio, por un contacto positivo, no se le reconocen sus derechos a un pago digno por su incapacidad.

  • Conformación de grupo de expertos para seguimiento y recomendaciones de las normas de bioseguridad

Lo que se está enfrentando, a pesar de experiencias anteriores vividas por enfermedades como la TBC, VIH SIDA, N1H1, es a un virus altamente contagioso, en donde el pánico se hace real; se conocen los resultados en países con mejores sistemas de salud que el nuestro, que demuestran la necesidad de una mayor protección a todos los trabajadores y la implementación de exigentes niveles de seguridad, en sus instalaciones físicas, con muy buena dotaciones e insumos, para obtener menor número de personal de la salud infectados.

Nuestros trabajadores de la salud, con los médicos a la cabeza, no tienen confianza en los protocolos de elementos de protección individual (EPI) que define Minsalud, con base al grupo de infectólogos y las recomendaciones de la OMS. ¿Qué tenemos nosotros a favor para que no nos vayamos a infectar? ¿Qué ventajas tenemos? La respuesta sería, que las estadísticas actuales muestran, que no hemos llegado al nivel de desarrollo de la epidemia, que ya pasaron o están pasando otros países.

Estamos en esa fase de trasmisión, en que dejamos de hacer lo que hacíamos todos los días y estamos preparándonos para la llegada de ese número elevado de casos (ojalá no), que nos cambiará drásticamente todo lo que hacemos. Nuestro objetivo central es y tiene que ser, concentrar todos los esfuerzos a la atención de los pacientes.

Lo que proponemos es que se conforme una comisión interdisciplinaria de expertos, más allá de los infectólogos, se vinculen otras profesiones de la salud e inclusive de disciplinas como el derecho, las ciencias humanas y sociales, para asesorar al gobierno, en los temas de bioseguridad.

Lo que esperamos es que estos expertos, encuentren el equilibrio entre las necesidades y garantías de los intereses individuales de nuestros trabajadores de la salud, con la de los pacientes y la sociedad, basándose no en un criterio ahorrativo, sino en una verdadera evaluación costo- efectividad, en donde se incluya lo que representa un trabajador de la salud de primera línea aislado, en cuarentena, enfermo, hospitalizado, en UCI o fallecido.

  • Combatir el pánico

La mejor manera de combatir el pánico es con información abierta, pública y oportuna, conformando un grupo de investigación académico, para el manejo de los datos del personal de la salud, con información por municipios, regiones y a nivel nacional, que genere recomendaciones y racionalidad en las decisiones, en especial de cómo cuidar el equipo de salud. Lo que se viene realizando en Bogotá, es un primer paso en la dirección correcta, que requiere más análisis cualitativo. Esto incluye la realización de pruebas y más pruebas, a este grupo de riesgo prioritario.

  • Cuando levantar la cuarentena

Planteamos, que el levantamiento de la cuarentena dependa de información completa y con rigor científico, sobre el cumplimiento de los objetivos propuestos, en el control de la pandemia y en la capacidad de respuesta del sistema de salud, para atender a los afectados.

En la salud siempre hemos tenido claro la vocación, los compromisos, la ética, los cuidados, la autoprotección, pero en la medida que no se vulneren los derechos, se puede trabajar de una manera más segura.

Lo que buscamos es que el gobierno tenga compromisos serios, cambie su táctica, de un discurso con los medios de comunicación, y otro, en el momento de reglamentar las medidas. Espera más sacrificio de los trabajadores de la salud, que lo que les ofrece en garantías. Por eso el rechazo al Decreto 538.

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