VIRUS Y EPIGENETICA

José Miguel Parra

Cuando estudiamos infecciones, quedamos (algunos) con la idea que los virus eran micro-organismos simples, sin embargo, eso está muy lejos de la realidad, son menos complejos ciertamente, pero muy eficaces en estrategias de supervivencia.

Los microorganismos como bacterias y hongos, han tenido una lucha constante con los vertebrados y particularmente con la humanidad. Las pandemias han cobrado victimas en buena cantidad, especialmente en la antigüedad las infecciones por bacterias y hongos fueron una pesadilla por encontrarnos en inferioridad de condiciones, gracias a que teníamos un concepto muy erróneo, cuando predominaba el concepto religioso de castigos de Dios. En la actualidad las tenemos parcialmente controladas con los antibióticos y fungicidas. Pero con los virus es otro cuento.

Luis Pasteur los sospechaba, pero apenas en 1930 se pudieron identificar gracias al microscopio electrónico. Se encontró, que su tamaño es menor que la gran mayoría de bacterias

Que son parásitos intracelulares obligados pues no poseen sistemas enzimáticos propios productores de energía necesaria para la síntesis de proteínas, por lo cual no se reproducen, sino que se replican en las células, prácticamente de cualquier ser viviente desde bacterias en adelante.

Pueden contener cadenas de ADN o de ARN que pueden ser simples (monocatenarias) o dobles (bicatenarias)

También, que están protegidos: Los que llamamos “desnudos “ con una sola capsula o cápside y los “envueltos” con una doble capa lipoproteica.

Su introducción a la célula puede ser por translocación, endocitosis, pero más frecuentemente por adsorción.

Ya en el interior se despojan de su envoltura y se dirigen, los virus que contienen ARN a los ribosomas para ordenar su replicación y los virus que contiene ADN, al núcleo.

Clasificación Viral de los RNA

En relación al coronavirus, es un virus cuyo genoma está formado por una única cadena de ARN con polaridad positiva (+ssRNA, del inglés single-stranded posi-tive-sense RNA) y de aproximadamente 30.000 pares de bases, que presentan una capucha metilada en el extremo 5′ y una cola poliadenilada (poli-A) en el extremo 3′, dándole un gran parecido al ARN mensajero del hospedador. Los coronavirus inician su replicación con la entrada de los viriones (forma infecciosa del virus), cuando pierden su envoltura y depositan su ARN viral en el citoplasma de la célula eucariota, donde el parecido con el ARNm del hospedador le permite adherirse directamente a los ribosomas para su traducción.

Desde que apareció la epigenética se ha podido adelantar el conocimiento de los mecanismos básicos de los seres vivientes, incluidos los virus. Hay varios agentes antivirales que se están utilizando en la práctica diaria, se han desarrollado en los últimos 30 años, gracias en gran parte a lograr un conocimiento cada vez mayor de los mecanismos epigenéticos. Aunque hay algunos de ellos que actúan bloqueando la adherencia del virus a la membrana celular y su posterior adsorción, los antivirales más efectivos son los que inhiben los fenómenos de replicación o inhiben de manera preferente la síntesis del ácido nucleico o proteínas del virus y no las de las células hospederas.

Se han logrado avances importantes principalmente en el manejo de las enfermedades provocadas por virus ADN como el virus de la hepatitis B, el grupo de herpes en los que se encuentra el virus del herpes simple y el citomegalovirus. Con los virus ARN se ha trabajado en el virus de la hepatitis C y principalmente en el tratamiento del VIH, especialmente para evitar su reactivación y en el momento se consideran parte importante del armamentario de medicamentos que ha logrado convertir una enfermedad mortal en una enfermedad crónica.

Contra la influenza se han utilizado amantadina y rimantadina que es eficaz para los virus de la influenza A e inactivo contra los de influenza B y C, y se utilizaron con la influenza H1N1 y la H3N2. Funcionan evitando la entrada del virus al evitar la fusión endosómica necesaria Para la fusión de la cubierta del virus con la membrana de la célula hospedadora, es más efectiva si se administra en las primeras 48 horas y se mantiene por 7 a 10 días y se puede usar como profiláctico para las personas no inmunizadas que estén expuestas al virus; se administra por vía oral c/12 h. Otro antiviral que se usa como inhalador el Zanamivir que es un análogo del ácido siálico e inhibe la hemaglutinina, también la neuraminidasa de la influenza A y B y se está utilizando en niños. La Rivabirina un análogo nucleosidico de amplio espectro para virus que contienen ADN y ARN con buena efectividad por su característica de alterarlos nucleótidos e inhibir el ARN mensajero por lo que se ha usado en varias virosis por vía oral o parenteral, incluidas las enfermedades febriles agudas respiratorias de la parainfluenza, el virus sincitial respiratorio; como aerosol en las bronquiolitis y neumonías del virus sincitial respiratorio.

La biología molecular es el futuro de la medicina, pero puede ser el presente. Todavía estamos pensando en que el fin de la pandemia será cuando se logre conseguir una vacuna, aun sabiendo que las vacunas están hechas para PREVENIR las enfermedades no para tratarlas. Es más lógico seguir en el estudio de buscar antivirales. Los tratamientos se podrían realizar, en primera instancia a pacientes desahuciados, sin el paso a animales de experimentación, pues en ellos está permitido. Si se consigue un tratamiento, la duración de la pandemia sería mucho más corta que la que nos predicen nuestros ilustres epidemiólogos que sería de año y medio. La peste negra duro 6 años, algo se ha avanzado en estos 700 años.

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