Enseñanzas para Colombia de la pandemia.

Algún saldo pedagógico deberemos tomar de esta tragedia que tomó de sorpresa y mal preparados a todo el mundo.

Por Herman Redondo Gómez MD

De la pandemia se ha especulado mucho, la misma evolución del nuevo coronavirus (SARS CoV 2 -CoVid-19) ha venido enseñando al mundo su extraño comportamiento y altísima capacidad de contagio, al punto que este mundo globalizado de hoy nos ha llevado de la “AldeaUniversal” a la “Pandemia Universal”, con pronóstico aun desconocido y muchas preguntas aún pendientes de responder con el rigor científico que la humanidad necesita.

¿Cuál es el verdadero origen del caso cero en el mundo? ¿Existe inmunidad permanente o transitoria y por cuánto tiempo? ¿Habrá rebrote o segunda ola y de qué magnitud? ¿Cuál es el Ro? ¿Cuál es la verdadera letalidad, dado que el número de contagiados no lo conocemos? ¿Cuánto tiempo debe durar el aislamiento? ¿Cómo se reincorpora la sociedad a la “normalidad”, si es que a ella volveremos? ¿Cuál es en definitiva la mejor estrategia? ¿Cuál es la verdadera fisiopatología de la enfermedad? ¿Cuál es su mejor tratamiento? ¿Luego de levantada gradualmente la cuarentena como ha propuesto el presidente, necesitaremos una segunda o una tercera? ¿Cuándo tendremos vacuna? En fin, cada lector tendrá sus propios interrogantes.

¿Qué nos ha enseñado esta tragedia en Colombia? Hago a continuación un ensayo muy personal, sobre lo que podemos aprender de este doloroso trance que estamos viviendo:

1. Colombia, como no lo estaba ningún país del mundo, no estaba preparada para afrontar una pandemia de tal magnitud y severidad, aunque tuvimos un poco más de tiempo en su llegada que los países asiáticos o europeos.
2. El descuido histórico y el pasivo social con el sector de la salud, el debilitamiento progresivo de la red pública hospitalaria nacional y la precarización de las condiciones de vida y de trabajo en el sector, han sido un agravante muy importante en la atención de la pandemia.
3. Es decir, en el momento que llegó al país la pandemia, teníamos una gran vulnerabilidad sanitaria y ambiental en todo el país, sumada a las dificultades de la calidad del aire en las grandes ciudades (Bogotá, Medellín, Cúcuta, entre otras) y los grandes problemas ya conocidos de carácter social y económicos que han generado protestas ciudadanas sin precedentes. En Colombia, nos encontramos en pleno apogeo de las consecuencias sociales, económicas y políticas de la polarización política generada por la aplicación por décadas de las políticas de corte neoliberal que empezaron en la década de los años 90, con las reformas a la salud, a las pensiones y la reforma laboral que acompañaron la apertura económica.
4. Es claro que el eje central de la respuesta en Colombia, a pesar de su precaria situación, ha sido y corresponde al sistema público. La red privada de prestadores de servicios de salud no solo tampoco estaba preparada para esta emergencia, sino que muy pocas han optado por la expansión de sus UCI, lo que implica una gran inversión financiera, que luego en la pospandemia pueda no tener demanda suficiente. Ha sido el sector público el que ha llevado el peso de la respuesta y la materialización de la estrategia oficial para el manejo de la pandemia. Caro está pagando el país ese error histórico, acentuado a partir de 1993, cuando se aprobó la Ley 100 de ese año.
5. Las EPS han tenido un papel secundario. Se ha impuesto la necesidad del giro directo y, una vez más, se resalta la inefectividad de la intermediación financiera de estas entidades. Tampoco la ARL han brillado por su eficiencia, han tenido que ser obligadas mediante Decreto de la emergencia que incluyó la enfermedad producida por el SARS Cov-2 (CoVid-19) como enfermedad profesional, para que estas administradoras de riesgos laborales suministraran equipos de protección personal (EPP) a los trabajadores del sector.
6. Respecto del manejo inicial de la pandemia, hay consenso que la puerta de entrada del virus fue el aeropuerto El Dorado, sus medidas fueron muy débiles y gran cantidad de pasajeros provenientes de países considerados focos de la infección, como China, Italia, España, Francia, EE. UU., Brasil, etc., sin mayor examen clínico, sin cuarentena obligatoria y sin seguimiento epidemiológico, lo que permitió el ingreso masivo a la capital y al país de casos contagiados del CoVid-19 (el caso 0 en Colombia ingresó por El Dorado, procedente de España, el 06 de marso/2020, sin mayor control y no guardó cuarentena). En el mes de febrero/2020 ingresaron 104.000 personas y en marzo más de 66.000 por el aeropuerto El Dorado.

Error perfectamente prevenible, advertido por médicos epidemiólogos y por la administración de Bogotá que se acató tardíamente, luego de reemplazado el Gerente de OPAIN, empresa encargada por el Gobierno Nacional de la administración del aeropuerto.

• Igualmente, ha sido una falla muy notoria que, aunada a las precarias condiciones laborales vigentes en el sector (bajos salarios, retraso en los pagos, falta de estabilidad, entre el 70% y el 80% son vinculados por tiempos cortos por órdenes de prestación de servicios), no se les ha suministrado con oportunidad y suficiencia los EPP a los médicos y trabajadores del sector.
• También hay consenso que la medida tomada en Bogotá DC y Cundinamarca del simulacro de 4 días (del 20 al 23 de marzo), sustentado en datos científicos, fue fundamental para probar que el aislamiento preventivo era posible, lo que llevó al Gobierno Nacional a tomar la medida del aislamiento obligatorio a partir el 24 de marzo, inicialmente hasta el 13 de abril, para luego ampliarlo hasta el 27 del mismo mes; medidas que, sin duda, han contribuido al aplanamiento de la curva de contagio y de fallecimientos. Es decir, se han salvado vidas.

De no haberse tomado oportunamente estas medidas, el número de contagios sería muchísimo mayor, así como los casos críticos, la demanda de UCI y el colapso hospitalario hubiera sido inevitable.

• Hay una enseñanza interesante respecto de la cuarentena. Revisando el canal endémico de casos notificados de morbilidad para menores de 5 años de infección respiratoria aguda (IRA) en Bogotá D.C. Año 2015 – 2020 a Semana 15, donde se observa una caída vertical del pico epidemiológico estacional que normalmente se presenta en esta época del año. Se han salvado vidas.
• La pregunta es… ¿Qué sigue? Difícil decisión, porque hay brotes de insatisfacción de los sectores más golpeados (migrantes, vendedores ambulantes, desempleados, pequeñas y medianas empresas, trabajadores independientes y, claro los grandes empresarios y economistas que saltan al rescate de la economía).

También hay voces desde el sector que la pandemia nos ha dado un aviso y que se debe aprovechar la sensibilidad de la opinión pública y del Congreso en torno al Sistema de Salud y sus trabajadores para impulsar una reforma de fondo en el sector, para que una situación como la actual, no vuelva a repetirse.

Finalmente, recordemos que la comunidad científica internacional ha definido seis criterios para levantar la cuarentena, estableciendo una “nueva normalidad”, para lo cual se deberían presentar los siguientes criterios:

a) Que la transmisión esté controlada.
b) La garantía que exista la capacidad del Sistema de Salud para responder en la identificación, seguimiento epidemiológico y atención de los nuevos casos, incluidas pruebas suficientes, las UCI necesarias y los recursos técnicos, científicos, humanos y financieros necesarios.
c) Que el riesgo de brote en entornos especiales como los hospitales, profesionales de la salud, establecimientos de reclusión, hogares de tercera edad, entre otros, se haya controlado.
d) Que existan las medidas preventivas en los lugares de trabajo que se vayan reabriendo.
e) Controlar los riesgos de importación de casos vía aeropuertos.
f) Finalmente, que la ciudadanía esté informada, educada, comprometida y capacitada para ajustarse a la nueva normalidad.

Desafortunadamente, en Colombia, aun no hemos llegado a ese escenario y, levantar prematuramente el aislamiento obligatorio, nos puede conducir a perder lo que, con esfuerzo de todos, hemos ganado hasta el presente.

HEREGO/