APARTES HISTORICOS SOBRE LA PANDEMIA DE 1918

APARTES HISTORICOS SOBRE LA PANDEMIA DE 1918

Gloria M. Galán G.
Médica Pediatra, Bioeticista

Podríamos  considerar que hay una sobresaturación de información acerca del Covid 19. Es inevitable cada día escuchar o ver a través de los diversos medios de comunicación como se ha venido desarrollando esta pandemia y la razón es obvia…con muy contadas excepciones, todos los seres humanos sobre la tierra estamos viviendo esta nueva etapa de la existencia, que nos genera temores, especialmente relacionados con el futuro a mediano y largo plazo. Aunque contamos con múltiples avances tecnológicos  y científicos, nadie puede negarse a reconocer que no conocemos el desenlace final de la misma. La pregunta obligada es si sobreviviremos a este nuevo virus que nos ha sacudido las entrañas, sacándonos de sí lo mejor o lo peor de  lo que somos.

Para asumir con un poco más de confianza en lo venidero, podemos echar mano del mejor de los recursos con el que contamos en este caso: La historia.  Esa misma que nos permite navegar por las vivencias de nuestros antepasados en situaciones similares. Con tal propósito, he querido  hacer memoria de algunos de los eventos más destacados de la Pandemia de 1918, por su similitud con la que hoy nos ocupa y que hasta la fecha ha sido considerada como la más grave de la historia moderna: La peste Española, mal llamada así, pues no  se originó en ese país, pero es así conocida   por ser España   el que reportó libremente la evolución de la misma, sin censura alguna, a diferencia de otros países que tenían intereses creados, por estar participando activamente en la Primera Guerra mundial.

Se hace necesario entonces contextualizar un poco el marco  político y económico que caracterizó a las últimas décadas del siglo XIX y  primeras del siglo XX. El intercambio de materias primas y servicios entre Asia, Europa y América,   generó  un notorio progreso en la industrialización, especialmente relevante en países como EE: UU, Francia, Alemania y Bélgica. Hasta entonces, la economía se basaba fundamentalmente en el autoabastecimiento agrícola, por lo que el campo de las importaciones era  limitado y se reducía esencialmente a elementos de lujo u especias.(1)  Obviamente los países con más desarrollo industrial lograron establecer economías más sólidas, lo cual les dio la posibilidad  de fomentar  un nuevo  concepto de  Inversión, participando así  en la construcción de ferrocarriles, explotación minera  y en general todo aquello que permitiese aumentar su capital en países extranjeros, mediante el aporte no solo de dinero sino de mano de obra calificada. (2)

Como consecuencia de  ello, las potencias Europeas hicieron dos grandes coaliciones: por un lado Gran Bretaña. Francia, Serbia  y Rusia conocidas como la TRIPLE ENTENTE o grupo de los ALIADOS   y del otro lado  la TRIPLE ALIANZA o POTENCIAS CENTRALES  conformada por Alemania, el imperio Austrohúngaro  e Italia, buscando con ello  la expansión de su poderío económico;  sin embargo el asesinato del Archiduque Francisco Fernando, heredero del trono de Austria- Hungría sirvió como detonante para el inicio en Julio de 1914  de la que se consideró la Gran Guerra ,  uno de los conflictos de mayor letalidad en la historia hasta el advenimiento de  la segunda Guerra mundial. Al considerarse que un individuo serbio-bosnio fue el responsable de dicho asesinato, Austria Hungría culpó  a Serbia del ataque y es así como Rusia, en apoyo a este último se declaró en guerra contra la Triple alianza. (3)(4).

Estados Unidos se mantuvo al margen  en los primeros años; sin embargo en Abril de  1917 entró a participar, apoyando al grupo de los Aliados, enfrentando a  Alemania, país con el cual previamente había hecho un pacto dirigido a no hundir los barcos mercantiles americanos, acuerdo que fue violado por estos.  Tras esta certera intervención y posterior a múltiples y muy violentas batallas, de las cuales salió victorioso el grupo de los Aliados, se declaró el fin de la Guerra el 11 de Noviembre de 1918,(4) lo cual  sin embargo no impidió las múltiples  repercusiones políticas, económicas, sociales y en costo humano que se generarían, incluyendo  al menos 10 millones de soldados y más de 13 millones de civiles fallecidos , datos obviamente subjetivos, pues no se logró cuantificar con exactitud cuántas personas  murieron al interior de las trincheras,  como consecuencia de enfermedades infecciosas como la sífilis y la tuberculosis,  agravadas por la desnutrición,  propia de la guerra.

Concomitante con este conflicto bélico y  gracias a la intervención americana en el mismo, se detectó entre el personal militar de dicho país la presencia de una “nueva gripe” en la primavera de 1918, la cual fue  rápidamente propagada por el desplazamiento de las tropas  hacia los países Europeos, con la anuencia del Presidente de los EE:UU Woodrow Wilson y sus asesores, quienes consideraron que para  no desmoralizar a los soldados ni poner en evidencia sus debilidades , era preferible manejar con un bajo perfil esta “primera ola” de infección, que posteriormente se sabría fue  la más leve y la que menos mortalidad causó, aproximadamente el 10% del total de fallecimientos .

Por la carencia de recursos técnicos propios de la época, aunado al desconocimiento de la existencia del virus causal, ya que solo hasta 1930  se logró aislar, no se pudo  determinar hasta muchos años después  qué generó su elevada virulencia, aunque investigaciones posteriores también han implicado a la “tormenta de citoquinas”. Esta pandemia fue debida al Virus  de la Influenza A  H1N1, de origen aviar, la cual centró  su mortalidad principalmente en niños menores de 5 años,  población de 20 a 40 años y los mayores de 65 años, comprometiendo curiosamente a personas previamente sanas.  El primer caso notificado al parecer correspondió al cocinero Gilbert Mitchell, reportado     el 4 de marzo de 1918, en Fort Riley (Kansas, Estados Unidos)( 5) tras lo cual la “gripe” se replicó rápidamente , generando el colapso de los hospitales, con una primera ola entre los meses de Mayo y junio de 1918, la cual fue subestimada, como se anotó anteriormente;  luego vendría  una segunda ola  reportada en Camp Deven, Boston, lugar de entrenamiento de las tropas del ejército  en  septiembre de 1918 , extendiéndose hasta diciembre del mismo año, siendo esta la fase más crítica y de más elevada mortalidad de la pandemia, considerándose que el 64% de los fallecimientos  se presentaron en ese lapso de tiempo;   esta  fue seguida de  una tercera ola  entre enero y junio de 1919 con un 24% de mortalidad (6), fecha a partir de la cual el H1N1 perdió su capacidad infecciosa pero continuó circulando  como un virus estacional a nivel mundial durante 38 años.  Aunque no se conoce con exactitud las estadísticas, se considera que  un tercio de la población mundial se vio afectada, con  al menos 50 millones de personas fallecidas, de las cuales aproximadamente 675.000  en Estados Unidos.

Sobre el origen del virus, y aunque muchos autores lo señalan como de inicio en EE:UU, lo cierto es que hay discrepancias en cuanto al mismo y diversos trabajos de investigación publicados en años recientes lo atribuyen a los chinos , quienes viajaron a Europa para apoyar las tropas Inglesas y francesas, detrás de la línea de fuego, sin embargo, el Journal of the Chinese Medical Association publicó en 2016 evidencia de que el virus  circulaba ya antes de la pandemia  en los ejércitos europeos;  otros investigadores  consideran que el origen se dio en Étaples, Francia, desde  finales de 1916; siendo hasta el momento imposible unificar criterios al respecto.

Las estrategias sobre las cuales giró la atención sanitaria en ese entonces, al igual que ahora , giraron en torno al aislamiento en casa,  el distanciamiento social, el refuerzo de los hábitos de higiene personal, el uso de tapabocas de tela ,el cierre de escuelas y lugares públicos tales como teatros  e iglesias. Al no haber  pruebas específicas de laboratorio que confirmaran la presencia del virus de la Influenza,  confirmarlo fue imposible, sin embargo algunas manifestaciones clínicas lo hacían sospechar: La fiebre mayor a 39°C, asociada a taquicardia, taquipnea, cara color grisáceo y dificultad respiratoria progresiva,  con deterioro muy rápido y muerte tras 24 a 48 horas de iniciados los síntomas fueron los signos y síntomas más destacados. En la segunda ola  también se describieron otras manifestaciones clínicas  que simulaban apendicitis (5) por lo que los pacientes eran ingresados en salas generales, permitiendo una mayor propagación de la enfermedad.  Al no contarse aún con antimicrobianos o la posibilidad de desarrollar vacunas específicas, la situación se tornó caótica. Al parecer  la única alternativa terapéutica que funcionó fue la transfusión de sangre de pacientes recuperados,  a quienes iniciaban la enfermedad. Tampoco se contaba con ventiladores mecánicos para el manejo de la falla respiratoria,  lo cual se logró apenas en 1940, mientras que solo hasta 1941  se aprobó la primera vacuna contra el virus, la cual   fue aplicada especialmente a las tropas combatientes en la 2ª. Guerra mundial.  Como resultado de la pandemia, la expectativa de vida disminuyó en alrededor de 12 años, a 36.6 años para los hombres y 42.2 años para las mujeres en un solo año en EE: UU.

Con relación a Colombia, para ese entonces, el  censo efectuado el 14 de octubre  de 1918 registró 5.855.077 habitantes, con solo un 25% de ocupación del territorio. Aunque en general la población   era muy joven, con un promedio de 19 años, Bogotá era la ciudad que contaba con personas mayores, con una edad mediana de 23 años. (7) y con una población total de 141.639 habitantes,  la mayoría de los cuales  vivían en  condiciones sociales y económicas  deplorables, habiendo carencia de servicios públicos y  de salud adecuados (8)  y con muy bajas normas de higiene, especialmente entre la clase obrera, lo cual abonó terreno para la propagación del virus, el cual fue  reportado por primera vez  el 6 de Mayo de 1918. Se considera que el 80% de la población bogotana estuvo afectada por dicha gripe. (8).

 Los registros de dicha pandemia en nuestro país tradicionalmente se han centrado en la información recolectada en Bogotá y Boyacá, anotándose que entre octubre y noviembre de 2018 fallecieron 2019 personas, con una tasa  de 4.8 por 1000 habitantes, afectando principalmente a menores de 5 años y ancianos (9).

Las entidades gubernamentales no lograron brindar la atención médica necesaria, por lo que  los nobles de las ciudades de Bogotá y Tunja  fundaron la “Junta de Socorros”, que enfrentó con los recursos disponibles al sinnúmero de pacientes que lo requirieron. Es de resaltar que en Colombia no se observó la presencia de las “tres oleadas” que caracterizó la presentación clínica de la pandemia en otros países, pero si se determinó que la ubicación de algunas poblaciones por encima de los 2000 metros de altura pudo haber generado mayor morbimortalidad (9).

Lo cierto es que sea cual sea el desenlace que tenga esta nueva pandemia, las grandes diferencias que se establecerán entre la  Gripe Española y la actual se centrarán en el hecho de contar   con mejores condiciones de atención en salud,  personal científico y técnico más calificado para asumir esta situación,  medicamentos antivirales y antimicrobianos, técnicas de diagnóstico más específicas, unidades especializadas en pacientes críticos,  equipos de ventilación mecánica y laboratorios de investigación para la creación y producción de vacunas que indudablemente serán determinantes a la hora de comparar los resultados. Hasta entonces, tendremos que continuar atentos a las recomendaciones de distanciamiento social que nos ha permitido tener tiempo disponible para hacer este tipo de revisiones.

BIBLIOGRAFIA

  1. DE León G,  la Economía entre finales de siglo IX y principios del siglo XX. AJEE, LII (2019) 359-370/ISSN 1133-3677
  • Granados O. Imperios y colonialismo, 1870-1014.Una era de globalización geopolítica o nacionalismo económico? Rev.relac.int.estrateg.segur. vol.5 no.1 Bogotá Jan./June 2010

3.BlakeMORE e, Cuales FUERON LAS CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA PRIMERA  GUERRA MUNDIAL. En naTIONALGEOGRAPHIC.es, 2019.

4. Gavalda J, El final de la primera guerra mundial. En https://historia.nationalgeographic.com.es/a/,4888.2020

5. Taubenberger J; morens D. 1918 Influenza: The mother of all Pandemics Emerging Infectious Disease, Vol 12, No. 1- 2006

6. Pumarola T, Antón A. La Pandemia de gripe de 1918. Una incógnita 100 años despúes. Rev Enf Emerg 2018; 17(2):63-66

7. Poblacion y desarrollo en la periferia Colombiana en el siglo XX Romero JPrieto. Economia &Región Vol 10, No 1 (junio 2016) pp 7-50

8. Cega-Cantor R. Gente muy rebelde. Bogotá: Pensamiento crítico; 2000

9. Manrique F,Martínez A, et al. La pandemia de gripe de 1918-1919 en Bogotá y Boyacá, 91 años después. Infectio 2009 13(3)

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